Peter Brook 1925-2022

Peter Brook 1925-2022

El Departamento de Artes Dramáticas rinde homenaje al maestro Peter Brook, fallecido a los 97 años. 
A los 97 años murió el destacado director de teatro, ópera y cine Peter Brook, una de las figuras más relevantes de la escena contemporánea. Nacido en Londres en 1925, a los 20 años estrenó su primera propuesta teatral en el Birmingham Repertory Theatre, donde rápidamente llamaron la atención sus puestas de Hombre y superhombre, de George Bernard Shaw; El Rey Juan, de William Shakespeare y La dama del mar, de Henrik Ibsen. Tras poner en escena los textos de los más variados dramaturgos entre 1946 y 1962, (Dostoievski, Sartre, Anouilh, Miller, Fry, Dürrenmat, Genet y varios textos de Shakespeare, entre otros), fue nombrado director de la Royal Shakespeare Company, hasta comienzos de la década del 70. A continuación se mudó a Paris, donde fundó el Centro Internacional de Creadores Teatrales y comenzó a dar forma a su espacio simbólico, Les Bouffes du Nord, sala desde la cual siguió creando e investigando por el resto de su vida. Entre sus influencias más notorias se puede mencionar la de Jean Louis Barrault quien llevó al creador a apartarse del teatro tradicional y las de Antonin Artaud y Jerzy Grotowski, que le permitieron concebir el escenario como un espacio donde hacer visible lo invisible.

En su libro El espacio vacío, Peter Brook indica que su trabajo apunta a lo que denomina Teatro sagrado. “Lo llamo así -aclara- para abreviar, pero podría llamarse Teatro de lo invisible-hecho-visible: la noción de que el escenario es un lugar donde puede aparecer lo invisible se ha apoderado de nuestros pensamientos”. Entre sus trabajos más emblemáticos se destacan Marat/Sade, de Peter Weiss (1964) con una fuerte influencia de Artaud, el Mahabharata (1984), inspirada en sus inquietudes espirituales, y The man who (1993), basada en las investigaciones del neurólogo Oliver Sacks, obra que se presentó en el Festival Internacional de Buenos Aires en 1999.

Peter Brook siempre encontró en los textos una posibilidad más de análisis, en la que se reflejara el contexto social y político. Asimismo, a través de sus elencos posibilitó a los intérpretes un espacio de expresión propia que respondiera a la vez a sus directivas. Concebía la representación como un acontecimiento vivido en presencia del público: la actuación ayuda a la vida y la vida, a su vez, la alimenta. ‘Ser actor es ser viviente’.

En Buenos Aires, también pudieron verse otros dos espectáculos del director británico en diversas ediciones del Festival Internacional: el unipersonal La muerte de Krishnala última parte del Mahabharata (2003) y una versión libre de La flauta mágica, de Mozart (2011). A lo largo de su carrera Peter Brook concretó las siguientes realizaciones cinematográficas: King Lear y The Beggar’s Opera (1953), Moderato Cantabile (1960), Lord of the Flies (1963), Marat/Sade (1966), Tell Me Lies (1968), Kin Lear (1971), Meetings with Remarkable Men (1979), La tragedie de Carmen (1980), Un Amour de Swann (1984), The Mahabharata (1989) y The Tragedy of Hamlet (2002).

Entre algunos de los destacados actores europeos con los que trabajó pueden citarse Paul Scofield, John Gielgud, Laurence Olivier, Jeanne Moreau y Glenda Jackson. Recibió numerosos premios entre los que se cuentan dos Tony y el Premio Princesa de Asturias de las Artes, este último en 2019. Su última creación fue Tempest Project, una nueva relectura (la tercera a lo largo de su carrera) de La tempestad, de William Shakespeare. estrenada en el Festival Grec de Barcelona en el mes de julio del año pasado. A él asistió Peter Brook, ya de salud algo deteriorada, aunque dueño de una gran lucidez intelectual. 

Entre sus libros, fuente constante de consulta, se destacan El espacio vacío, Provocaciones, La puerta abierta, Reflexiones sobre la interpretación y el teatro, Más allá del espacio vacío y Escritos sobre teatro, cine y ópera (1947-1987). La investigadora argentina Marita Foix, en su libro “Peter Brook. Teatro sagrado y teatro inmediato”, concluye que el creador “es el director contemporáneo que se ha convertido en maestro de muchas generaciones de teatristas. A partir de los años 70 su experiencia intercultural ha significado un marcado crecimiento cualitativo en su manera de explorar la actuación y la puesta en escena (…) El teatro tiene para Brook una energía renovadora, trata de romper tabúes y derribar barreras. Por un momento el teatro nos permite recobrar lo perdido”.

 
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